Paseando por las vibrantes calles de Alicante, con suerte, te toparás con tu paraíso, la Playa del Postiguet. Como una joya escondida en un joyero donde la arena dorada se funde con el mar azul. ¡Suena a postal, ¿verdad?! ¡Es real! Y, de hecho, tiene más carácter que un gato con ganas de explorarlo todo.
Las mañanas tienen una tranquilidad fascinante. A medida que el sol se asoma por la hermosa Serra Grossa, tiñe el cielo de tonos rosas y naranjas. Los madrugadores que prefieren correr por la playa podrían ver algunas huellas ligeras en la arena. Quizás un rápido “Buenos días” murmurado suavemente por los lugareños mientras corren. Aromas más intensos de café te llegan y prácticamente te transportan a los cafés de la costa. Parece que debes responder a la llamada.
La hora del almuerzo atrae a un público completamente nuevo. Ahora es el momento en que los niños corren maratones en la arena y el aire se llena de risas. Los pequeños se ríen a carcajadas y construyen fortalezas mientras los adultos intentan broncearse lo máximo posible. ¿Como cuando saboreabas la felicidad pura entonces?
Sin duda, te hace sentir como un niño de nuevo.
Sin embargo, las palmeras brindan cierto alivio. Imagina sostener un libro en una mano y en la otra una bebida bien fría. Vamos, no es tan mala forma de pasar el rato. ¿Y qué hay de las tapas? Juro que las hizo un genio de la cocina. ¡Pequeños entrantes que hacen bailar a tus papilas gustativas!
Y al caer la noche, el paisaje se vuelve fresco. Todo está bañado por la luz dorada del atardecer, incluso la arena brilla con pequeños diamantes brillantes. Más de una vez verás a un músico fingiendo tocar la guitarra y cantándote una canción conmovedora. Si no tienes presupuesto para algo así, no te resistas. Puede que incluso te apetezca mover los pies o, en el peor de los casos, bailar como si nadie te estuviera viendo.
Pero en medio de todo esto, lo que más me cautiva son las historias locales. Historias de pescadores que una vez conocieron el mar como la palma de su mano, aventureros que encontraron riquezas ocultas y familias cuyo legado se esconde en las profundidades de las costas arenosas están por todas partes. Esta es la Playa del Postiguet pintada en cada azulejo de cerámica creando un mosaico colorido.
Así que, la próxima vez que planees tus vacaciones en la playa, recuerda esta playa. Es un pequeño guiño a las pequeñas alegrías de la vida, que no se limitan a la arena y el mar. ¿Y quién no querría algo de eso en la vida ajetreada de hoy?